Descripción
Los clavos de fundación son figuras que responden a criterios distintos del arte occidental moderno. Son piezas mágicas que solo los poderes sobrenaturales pueden contemplar. Se ubican siempre en el espacio fronterizo entre la vida y la muerte, el mundo visible y humano, y el invisible y divino. Marcan precisamente los límites de las construcciones, que son una imagen del mundo visible o una proyección del mundo invisible o celestial. Esto es, los clavos señalan los límites del mundo asignado a los seres humanos. Los clavos son guardianes. Protegen el espacio humano, y le indican el umbral que no pueden cruzar. Semi-enterrados en el momento del inicio de la obra, se adentran en el infra-mundo, y asoman la cabeza en el mundo visible, a modo de advertencia -aunque no pudieran ser contemplados.
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