Descripción
Uno de los aspectos más estudiados del Antiguo Egipto es su religión. Sus numerosos dioses, las diferentes cosmogonías y la ingente cantidad de ritos cultuales hacen de ella una religión muy compleja en la que es fácil perderse.
Lo que más ha llamado la atención, incluso desde tiempos de Heródoto, es el culto tan extendido hacia formas animales, hacia los que los egipcios mostraban un profundo respeto. En ocasiones nos encontramos con dioses con cuerpo humano, pero que a la vez pueden aparecer representados como animales o al menos con la cabeza de dicho animal. Algunos de estos híbridos animal-humano es una de las diosas más populares del Antiguo Egipto pero muy desconocida (aún) para nosotros: Taweret.
Su iconografía combina varias partes de ciertos animales, tomando como base el hipopótamo, que al igual que otros muchos animales en el Antiguo Egipto era considerado una criatura ambivalente: mientras el animal masculino era tenido por peligroso y destructivo, asociándose a Seth, los femeninos, aunque poseían la misma fuerza y potencial destructor, se veían por lo general como unos seres benignos, con una fuerza protectora y un símbolo de la maternidad como veremos a continuación.
Taweret, pues, posee un cuerpo de un hipopótamo hembra, patas de león, pechos humanos caídos y una cola de cocodrilo a la espalda (o un cocodrilo entero en determinados contextos). Aparece además con el vientre distendido y con aparentes signos de embarazo. Suele mostrar unos ojos grandes y expresivos y la boca entreabierta, enseñando los dientes y/o la lengua. Pudiera parecer que estamos hablando de algún «monstruo» del I Milenio, pero nuestra diosa ya aparece con la forma completa en amuletos de finales del III Milenio a. C.