Descripción
El arte levantino situó sus conjuntos artísticos en abrigos rocosos o en oquedades naturales al aire libre que se forman en las sierras calizas. Emplearon el color rojo, el negro y blanco, que eran obtenidos de diferentes minerales. Y no los mezclaron, por lo que en sus pinturas no existe ni la bicromía, ni la policromía, ni la gradación de tonalidades.
Otra novedad que incorporan es que las figuras humanas y animales, que son las protagonistas de sus obras, aparecen formando escenas de gran dinamismo. Podemos establecer tres tipos: las bélicas, con escenas de combate, desfiles y danzas guerreras; las que reproducen actividades relacionadas con la caza y las de la vida cotidiana, que se centran en la recolección de alimentos, en la organización jerárquica y en las danzas rituales.
El hombre se pinta desnudo, con adornos en algunas partes de su cuerpo (cabeza, brazos, piernas y cintura) y sujetando el arco y las flechas. La figura femenina se representa con el tronco desnudo y con una falda acampanada que llega hasta la rodilla o los pies.
Los animales también forman parte de las escenas. Los más comunes son los caprinos, los cérvidos, los equinos y los bóvidos. En ocasiones aparecen sin la presencia del hombre como cazador, solos y en diversas actitudes: estáticos, en estado de alerta, caídos en una trampa, con el cuerpo lleno de flechas o incluso muertos.
Podemos ver en la Cueva de los Caballos de la Valltorta, Castellón, una cacería de ciervos. La composición enfrenta las figuras de los arqueros a los animales basándose en la combinación de líneas horizontales, conseguidas con las flechas, los arcos y los brazos, y las verticales, originadas con las patas de los animales.
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